Para que nuestro entrenamiento en cualquier disciplina a nivel usuario sean beneficiosos y surtan efectos, tendremos que tener en cuenta algunas de las normas básicas de la teoría del entrenamiento.
- Prueba inicial: nos servirá para valorar nuestro estado de forma al inicio del entreno.
- A largo plazo: elige una prueba objetivo de todo el entrenamiento, teniendo entre 8 y 12 meses de antelación para entrenar.
- A medio plazo: elige dos pruebas intermedias, que estén distribuidas durante los meses que hemos comentado antes. Estas serán como test que permitirán valorar los avances y como nos encontramos de cara a nuestro objetivo principal.
- A corto plazo: programa el entrenamiento mes a mes. Usaremos las cuatro semanas que tiene de la siguiente forma: las tres primeras se llaman de carga (aumentaremos semanalmente el volumen de entrenamiento); la cuarta será la de descarga (bajaremos puntualmente el nivel de entrenamiento).
2. El descanso: permitirá a nuestro cuerpo asimilar el entreno.
3. La alimentación: recuerda que es muy recomendable realizar cinco comidas diarias.
Aquí te hemos mostrado una idea general de cómo se estructuran los entrenamientos. Por supuesto, cada persona, deporte y competición tendrás sus características en particular, siendo lo ideal adaptar al máximo el entrenamiento a cada uno.
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